Internet ofrece al melómano una facilidad para documentarse y tener acceso a la información antes inimaginable. Páginas personales y promocionales de todos tipos de música, lo mismo que los innumerables Webzines, Allmusic.com y Wikipedia o los foros de Amazon, etc. ponen al alcance del ciudadano de a pie una información antes reservada sólo a profesionales y permiten al tiempo una pluralidad de ideas y opiniones que nunca había existido: poco importa que la industria y la crítica hubiesen arrinconado a Townes Van Zandt o Jackson C. Frank por falta de éxito, sus huellas en la red y sus indiscutibles talentos han situado sus reputaciones en el lugar histórico que merecen.
Internet ha conseguido asimismo establecer nuevos canales de expresión del pensamiento crítico musical. El prestigio de Pitchfork, Perfect Sound Forever y otros Webzines o la misma Wikipedia es indiscutible. Ya en 1993, tres estudiantes de la Universidad de California habían creado el Internet Underground Music Archive como escaparate para los artistas noveles. Pronto proliferaron las radios en Internet y cuando los años 2000 aportaron ventajosas tarifas planas para usuarios, los servidores de música online se hicieron masivos. Last.fm, Pandora, Spinner, la madrileña Rockola.fm y el europeo Spotify hacen accesible, gratuitamente o por módicas suscripciones, el placer de oír música de todo tipo obviando los intereses comerciales e ideológicos de las radios convencionales.
Los blogs musicales empezaron a surgir con el milenio y, aprovechando las lagunas legales, cubren los vacíos de la industria del disco y la radio comercial haciendo accesibles muchos discos no reeditados en formato digital. Hay sellos alternativos que promocionan sus producciones en Internet y sobre todo coleccionistas que recuperan discos olvidados y perdidos. Una vez más queda claro que los gustos e intereses del melómano no coinciden con las veleidades del mercado y que géneros enteros demonizados por la crítica y la industria están reapareciendo como Guadianas musicales. El folk alrededor del año 2000, las versiones de cabaret de las músicas tradicionales de mediados del siglo XX o toda la música sentimental valen como ejemplos. (Continuará)
Internet ha conseguido asimismo establecer nuevos canales de expresión del pensamiento crítico musical. El prestigio de Pitchfork, Perfect Sound Forever y otros Webzines o la misma Wikipedia es indiscutible. Ya en 1993, tres estudiantes de la Universidad de California habían creado el Internet Underground Music Archive como escaparate para los artistas noveles. Pronto proliferaron las radios en Internet y cuando los años 2000 aportaron ventajosas tarifas planas para usuarios, los servidores de música online se hicieron masivos. Last.fm, Pandora, Spinner, la madrileña Rockola.fm y el europeo Spotify hacen accesible, gratuitamente o por módicas suscripciones, el placer de oír música de todo tipo obviando los intereses comerciales e ideológicos de las radios convencionales.
Los blogs musicales empezaron a surgir con el milenio y, aprovechando las lagunas legales, cubren los vacíos de la industria del disco y la radio comercial haciendo accesibles muchos discos no reeditados en formato digital. Hay sellos alternativos que promocionan sus producciones en Internet y sobre todo coleccionistas que recuperan discos olvidados y perdidos. Una vez más queda claro que los gustos e intereses del melómano no coinciden con las veleidades del mercado y que géneros enteros demonizados por la crítica y la industria están reapareciendo como Guadianas musicales. El folk alrededor del año 2000, las versiones de cabaret de las músicas tradicionales de mediados del siglo XX o toda la música sentimental valen como ejemplos. (Continuará)