21 de gen. 2011

Confusión de tecnología con panacea


Las posibilidades que los avances tecnológicos brindan al músico han sido utilizadas desde hace más de 20 años con la única finalidad de rentabilizar las producciones y favorecer el negocio: sustitución de instrumentos reales por sintéticos y fabricación de ídolos de consumo. La sobrecarga de efectos digitales en cualquier disco comercial contemporáneo sirve en muchas ocasiones para enmascarar la falta de aptitudes de los intérpretes mientras que infinidad de productores y arreglistas ocultan su falta de talento bajo deslumbrantes trucos tecnológicos que agotan la capacidad de escucha del oyente antes de terminar la canción.

El hartazgo es oficial (http://en.wikipedia.org/wiki/The_Anti-Auto-Tune_Movement) pero el público ha descubierto la frescura y la intensidad de los artistas aficionados (http://www.youtube.com/watch?v=cOB5CtbliaQ 43734 y http://www.youtube.com/watch?v=VOzJBDF5DNM)

Neil Young lo explicó muy bien desde el principio y su opinión sobre el sonido digital es ya antológica: http://neilyoungnews.thrasherswheat.org/2009/01/soulless-cds-and-appetite-for-self.html