29 de nov. 2011

Madonna no existe by Julián Almazán


"Madonna no existe" es un tebeo sobre un fan de la música que se ve envuelto en una tremenda conspiración con ramalazos de ciencia ficción, novela de detectives, misticismo católico y pesadilla navideña de Tim Burton. Su autor es Julián Almazán, bloggero, fan, manchego, DJ y polifacético del siglo XXI con inteliencia, bonhomie, buen humor, pasión por las horteradas, los tebeos de Bruguera y los dibujos animados de Hanna y Barbera. Julián se dió a conocer en 2010 con otro cómic difícil de clasificar: "Marica tú" (http://www.edicionesglenat.es/noticia.aspx?pId=706).
Esta es la Web de su autor:

Aquí los retratos de Madonna, protagonista del comic, que ha creado Julián:
Por cierto que "Madonna no existe" está despertando mucho interés en los mercados de cómics  italiano y alemán y es muy posible que dentro de poco sea traducido y editado en ambos países.

En éste link se pueden oír los podcasts que hace Julián con sus amigos, divertidos y delirantes:

Una de las historietas de Julián de la serie Vergüenza ajena:
Y éste es el prólogo que he escrito para el cómic. Estoy muy orgullosa de formar parte del proyecto y creo que, en el fondo, entiendo muy bien a Lance, su protagonista:


Una bonita acumulación de recuerdos, coincidencias y carcajadas inspirada en la lectura de “Madonna no existe“

by
Patricia Godes

La cultura pop es cruel con los fans hasta el sadismo: Se nos venden ídolos inalcanzables y fulgurantes y los compramos y adoramos a pesar de que sabemos que tienen los pies del barro más innoble y que a cada instante corremos el riesgo de que se desplomen y nos aplasten.

No nos importa. Una y otra vez derrochamos muy a gusto el dinero que tantos sudores y madrugones nos cuesta ganar comprando discos, camisetas, pósters, bolsitas para el iPhone y entradas para películas y conciertos en honor de la primera figura o figurilla pop que nos deslumbre a sabiendas incluso de que llegará el momento en que el mundo entero descubrirá que no merecía en absoluto nuestra devoción y de que quedará en evidencia lo papanatas e ilusos que seguimos siendo (hay que decir que, si somos roqueros y estamos suficientemente convencidos de nuestra afiliación, tendremos la suerte de llegar al final de nuestras vidas sin descubrir que nuestros ídolos no son fenómenos contraculturales ni exponentes de un modo de vida alternativo y radical, sino lanzamientos comerciales lo mismito que los Conguitos y el chorizo Revilla).

Después de esta acumulación de frases largas y bonitas, tengo que revelar al sufrido lector que la historieta de Julián Almazán “Madonna no existe” se enfrenta sin red a la problemática clásica y espinosa de las relaciones ídolo-fan. Se trata de una farsa sutil y mordaz orquestada alrededor de las aventuras de Lance, fan sufrido y estereotipado que en busca de promoción para su blog se ve envuelto en una conspiración de tomo y lomo y termina -¿cómo no?- salvando al mundo como cualquier superhéroe que se precie…

No vamos a spoilear el placer de desentrañar el enrevesado argumento en el que los personajes de Julián se ven envueltos por culpa de la fantasía desatada e imparable del autor, pero creo que al lector le gustará saber que por las viñetas de Julián se pasean las amigables sombras de nuestros mejores ratos de ocio: los dibujos de Peñarroya, la maldad de la Gilda mayor, los disfraces de Mortadelo, los vestidos más estrafalarios de Kylie y de Britney más un sinfín de figuras, situaciones y personajes familiares a cualquier consumidor dedicado de tebeos de Bruguera, series de TV o de esa música pop hortera, frívola y divertida que tanto nos gusta. Entre todos, convierten la vida de Lance en una pesadilla y mantienen la sonrisa en los labios del lector, sorprendiéndole a cada vuelta de página y creando con él unos lazos de complicidad imposibles de desentrañar y sabiamente aliñados con el más espeso cinismo posmoderno: “Yo sé que tú sabes lo que sé”.

La expresividad infantil, sencilla y exagerada de los dibujos se convierte en el aliado ideal para disfrutar de una trama complicadísima en la que las Madonnas se multiplican por esporulación, el mal lleva guantes largos y botas altas, lo sobrenatural se conchava con los mafiosos y los esbirros son tan siniestros y zoquetes como en las películas de Hanna y Barbera y en los más absurdos episodios de Maxwell Smart.

La publicación de “Madonna no existe” corrobora algo que va a traer de cabeza a los sociólogos y sicólogos por los siglos de los siglos: que el universo de los iconos pop creado por la sociedad de consumo ha conseguido una vida propia en las mentes de los fans más enfermizos y nerdos pero también en las creaciones de artistas de nuevo cuño como Julián Almazán, nutridos desde niños con las genialidades impactantes y efímeras de una cultura rápida, irreverente y a cualquier precio divertida que, cuando regurgitan y procesan sus atracones de vídeo clips, tebeos, gominolas, cotilleos y películas serie B, C y Z, los convierten en exquisitas delicatessen como ésta: rellenas a reventar de buen humor, inteligencia e ironía.¡Buen provecho!

 "Madonna no existe" está a la venta en los mejores establecimientos del ramo.