CAETANO VELOSO
Palacio de Congresos, Campo de las Naciones
Pegando botes y carreras para demostrar que sigue hecho un chaval, Caetano Veloso volvió a comprobar lo mucho que se le quiere en Madrid y lo fácil y entregado que somos aquí cuando se trata de aplaudir a los ídolos. A pesar de los 80 € de la entrada, el Palacio de Congresos estaba casi lleno, pocos brasileños y muchos indies, progres y hippies bien vestidos. Predominio de presencia femenina y algunos famosos: Pedro Almodóvar, Marisa Paredes, Gran Wyoming… La conciencia del buen gusto flotaba en el aire como un aura colectiva de satisfacción.
Como en su último disco y en su versión en directo, “Cê” y “Cê ao vivo”, Caetano actuó acompañado de un trío de pop rock formado por Pedro Sá (guitarra), Ricardo Dias Gomes (bajo y piano Rhodes), Marcelo Callado (batería), muy jóvenes y muy buenos. Tan buenos que lograron que esa fórmula pobre, vieja y desgastada cobrase vida y resultase fresca, bonita y casi emocionante. Toda una lección para los grupos más jóvenes y rutinarios. Caetano tocó una fea guitarra tipo “silent” pero estuvo encantador y campechano y cantó maravillosamente con falsete dulce y expresivo y graves que nunca le habíamos oído.
La decoración, creada por el escenógrafo Helio Eichbauer, consistía en cables y bastones colgados del techo sobre un telón liso que cambiaban de color con las luces. El repertorio fue básicamente el de “Cê ao vivo” más un set en solitario con guitarra española formado por “Cucurrucucú paloma” de Lola Beltrán, “Estranha forma de vida” de Amalia Rodrigues y “Faixa de cetim” de Ary Barroso, que dedicó respectivamente a sus amigos Almodóvar, Trueba y Saura. Además de las canciones de “Cê”, Caetano cantó “Come 2 e 2”, que compuso para Roberto Carlos, “9 out of 10”, “London London”, “You don’t know me” y un montón de piezas más que prolongaron el concierto alrededor de dos horas. Después de las tres canciones del bis, el público se fue muy contento: los 60 euros habían valido la pena y ellos seguían siendo la élite musical.