23 d’abr. 2014

Día del libro

Aptenia

Todos los años subo un cuento y una florecita para felicitar el 23-4 a los aficionados a la lectura. Este año era irremediable...

http://lenguadetrapo.com/blog/2014/02/18/musica-en-los-80-entre-la-cultura-de-la-transicion-y-la-cultura-popular/


Llegando hasta el final.

Madrid, otoño 1981. Después de algún concierto en Rock-Ola, Paloma Chamorro se lleva a su acogedor apartamento de Dr. Fleming a su admirado Carlos Berlanga y sus amigos. Es una anfitriona excepcional que ha convertido en habituales estas reuniones al calor de su magnífica pasta de anchoas, sus libros y revistas y su conversación amena e inteligente. Se hablaba de arte, de cultura, se cotilleaba… Pero, sobre todo, se hablaba de los Pegamoides.

Hay que hacer constar la presencia silenciosa e inquietante de un número variable de comparsas. Estás personas, cuyas identidades nunca eran reveladas, permanecían perpetuamente calladas, como las ostras. La sensación de que tomaban nota de lo que se decía con aviesas intenciones era inevitable.

Aquella noche, Carlos Berlanga comentó algo sobre la canción “Sunny” adjudicando su autoría a Cole Portre. «“Sunny” es de Bobby Hebb» le corregimos instintivamente los que teníamos buena memoria sin ninguna mala intención. Pero él continuaba obcecado: «“Sunny” es de Cole Porter». Seguramente se confundía porque Boney M habían grabado “Sunny” y también “Love for sale” que sí es de Cole Porter. Paloma y algunos más, le dieron, ¡cómo no! la razón a Carlos.

La historia se repetía una y otra vez. En otra ocasión, la discusión giró alrededor del Señor Spock, el personaje de Star Trek a quien habían dedicado la versión Pegamoide de “Where’s Captain Kirk” . Carlos, Nacho y Paloma se empeñaban en defender que el título -Dr. Spock- que le había puesto era correcto confundiéndose, sin duda, con el célebre pediatra cuyo libro “Tu hijo” era de rigor en todas las casas de padres progresistas de los últimos cincuenta incluyendo, por supuesto, la de los Berlanga en Somosaguas.

En 1982, Alaska, Carlos Berlanga y Nacho Canut ya estaban por encima del bien y del mal. La Españita de misa y olla de toda la vida ansiaba cambios y mejoras y aquellos jóvenes músicos arrogantes y estrafalarios parecía que tenían la llave de la puerta de entrada en el, hasta ahora, inaccesible mundo moderno, cosmopolita, millonario y multicolor.
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